martes, 17 de agosto de 2010

Jagdschloss Mayerling



La oscura mansión que se levantaba escondida entre los Bosques de Viena ya no existe. Poco tiempo después del crimen Mayerling fue transformada casi en su totalidad y sus antiguos muros pasaron a formar parte de un monasterio carmelita.
La voluntad de hacer desaparecer todo lo referente al lugar donde ocurrieron los hechos fue tal que incluso han desaparecido los planos, no solo los de la construcción de la mansión campestre sino también los del Carmelo y la Capilla Expiatoria, edificada esta última sobre el lugar exacto que ocupaba el dormitorio del Kronprinz Rodolfo.
Mayerling era un pabellón de caza sin grandes pretensiones arquitectónicas, macizo y masculino, hecho más para el reposo tras una jornada deportiva que para residencia secundaria; su propietario no lo ocupaba sino esporádicamente para descansar tras algunos días de caza y reunirse en torno a una cena sólida, regada con vinos fuertes y amenizada con los relatos de la jornada. En la buena estación era una mansión encantadora cubierta de hiedra y rodeada de jardines a la francesa, sin flores; el resto del año se mimetizaba con los bosques de pinos y cipreses; la ligera hondonada del valle donde había sido construida hacía que fuera prácticamente sepultada por la nieve invernal.
Los sucesos que fueron el detonador de la explosión de la monarquía danubiana tuvieron lugar en este escenario; la personalidad de las víctimas y los hechos que rodearon su desaparición hizo que las investigaciones fueran sumarias, privadas y con excusión total de la policía y las autoridades judiciales. Jamás se realizó una reconstrucción del crimen, aparentemente no se tomaron fotos ni se estudió la
Nadie investigó jamás las declaraciones del guardabosques Wodczika quien afirmó que eran las 7:30 am cuando Bratfisch le anunció, alteradísimo, que no habría partida de caza aquél día: el Kronprinz había muerto. Oficialmente a esa hora Loschek comenzaba a tocar la puerta de la habitación de la bóveda para despertar al Kronprinz.
Wodczika se casó poco después del drama con Sofía von Planker, camarera de la Kronprinzessin. cronología de los hechos; nadie se preocupó por interrogar al personal de servicio – una docena de personas en total – ni a otros personajes implicados directa o indirectamente.
La policía cerró el dossier criminal el 11 de febrero de 1889, a los doce días de los hechos luctuosos; al no haber tenido participación en la investigación, fue clasificado como un expediente privado y secreto.
Oficialmente sólo hubo un suicidio, el del Kronprinz, a la otra víctima se la tragó la Historia; o al menos eso de pretendió durante décadas: toda traza de la presencia de Maria Vetsera en Mayerling fue meticulosamente borrada, con la aprobación y hasta la ayuda de su familia.
Ya a los pocos días del crimen se evocó la posibilidad de derruir la casona para construir en su lugar una Capilla Expiatoria y un monasterio destinado a las descalzas de la Orden de Nuestra Señora del Carmen. La piadosa princesa Valeria de Windisch-Graetz fue la primera a lanzar la idea en una carta dirigida al Jefe de la secretaría privada de Francisco José, Barón von Braun. El Emperador acogió la idea con placer. Como albacea del Kronprinz se apresuró a comprar la propiedad a su nieta, hija única y heredera de Rodolfo, y dispuso el desmantelamiento y la transformación de la fábrica de Mayerling para fundar un monasterio que conservó el nombre de origen.
Al año siguiente se celebró la primera misa en la capilla del Carmelo, cuyo altar mayor está exactamente en el lugar que ocupaba la cama donde se encontró el cadáver del Kronprinz Rodolfo.
Es así como Mayerling regresó a ser propiedad de la Iglesia. La Orden del Carmen recibió esta donación imperial con una condición: rogar por la salvación del alma de Rodolfo de Austria. Fiel a su mentalidad y su mundo, la Iglesia asumió una fundación que excluía para siempre la memoria de Maria Vetsera porque, ¿cómo reconocer que
el heredero de la monarquía apostólica había muerto al lado de su amante menor de edad a la que por otra parte había asesinado?
Desde entonces la comunidad de carmelitas de Mayerling reza por una sola víctima.
Mayerling se había formado en el siglo XV como una dependencia monacal en torno a la capilla de San Lorenzo, consagrada en 1412; el complejo pertenecía a Heiligenkreuz, la abadía del Cister cuya fundación remonta al siglo XII. Ubicada en pleno Wienerwald y a orillas del río Schwechat, la propiedad fue varias veces reformada y reconstruida, sobre todo tras la invasión turca de 1529 que la arrasó. El complejo monástico fue desafectado en la segunda mitad del siglo XIX; en aquella época la región adquirió un cierto aire romántico gracias sobre todo a Beethoven, que se había retirado por aquellos parajes para componer su Missa Solemnis, y por haber sido también una de las excursiones preferidas del joven y guapo Duque de Reichstadt, el Rey de Roma, que paseaba su melancolía por aquellos pinares acompañado de la joven Archiduquesa Sofía a quien le unía un amor no sabemos hasta qué punto platónico.
Mayerling fue vendida por el Cister al Kronprinz en 1886; Rodolfo la transformó en un pabellón de caza (Jagdschloss) ; la zona era aislada, ideal para el reposo, y muy rica en caza. Tras los trabajos que duraron cerca de un año, la casona fue inaugurada el 17 de octubre de 1887 con la presencia de la Kronprinzessin Estefanía, la princesa Luisa de Bélgica, su hermana, y un pequeño comité de amigos del nuevo propietario.

2 comentarios:

  1. Lo que no me ha quedado claro es si está a la vista del público, la capilla que está situada justo donde se encontraron los cadáveres.

    A lo mejor, por eso edificaron allí la capilla, para que nadie pudiera investigar en ese edificio en el futuro.

    Saludos.

    Aliado.

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  2. Es posible que así haya sido, quisieron ocultar toda evidencia hasta para el futuro. Algo muy sospechoso. En fin sólo Dios sabe realmente qué pasó en esa habitación. Creo que nunca sabremos realmente la verdad. Que apasionante!

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